jueves, 8 de noviembre de 2012

Sin embargo he perdido la cuenta de las lágrimas que he derramado tan solo por tus ojos verdes

Estoy sentada en la misma cama, con el mismo dibujo a mi izquierda, la misma memoria que perdona pero nunca olvida, mis mismas emociones y mi mismo carácter. La diferencia es que tú ya no eres parte de mi atmósfera. Fuiste tan solo oxígeno que pasó por mis pulmones. Y podríamos decir que ya me he librado de todo lo que te sobraba. Así que de nada. Alguien tenía que ser la primera persona en superarte.

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