sábado, 27 de octubre de 2012

-quanticloveforever-

Y llega un momento en el que en tu mirada no queda más que dolor, y que tu risa ya no suena tan vivaz como antes. Cuando te planteas si esta vez te costará tanto olvidar como la última, si ese malestar seguirá dentro de ti por mucho tiempo o no, o si todo eso por lo que luchaste mereció la pena o solo fue una pérdida de tiempo. Y te seré sincera al decirte que no sé qué hacer, ni sé quién soy. Que sigo perdida desde la primera vez que te vi llorar, y no me he vuelto encontrar. Que me cuesta estar sin ti, que no olvido, porque por más que lo intento, no lo consigo. Que cada nota que suena en el piano hace que me pierda más y el impulso de las lágrimas queriendo salir de mis llorosos ojos no es más que una costumbre a la que ya estoy más que habituada. Y aún recuerdo cuando me dijiste que no querías verme llorar, que harías lo imposible para verme siempre con una sonrisa en la boca. Pero nos lo han quitado, nos lo han quitado todo. Nos han quitado nuestro mundo, nuestra forma de vivir la vida, nuestra forma de caminar y saltar charcos, nuestra forma de reír, nuestra forma de echarnos de menos sin que fuese un delito, mi forma histérica de gritar y tu divertida forma de hacerme cosquillas, nuestra forma de querernos, por muy estúpida que pareciese. Quizás al final todo salga bien, o quizás no. Quizás nos riamos de esto, o quizás no. Quizás nos sentiremos obligados a decir adiós, o quizás no. Quizás seas tú el que me recoja las lágrimas la próxima vez, o quizás no. Pero quiero que sepas, que de todas formas, te quiero, y no sé si tiene importancia, pero mientras esté en mi mano, haré todo lo posible por no caer en el olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario