lunes, 11 de junio de 2012

No recuerdo bien, donde marcamos un siempre.

No quiero mentirte, porque si te digo la verdad, no me acuerdo de dónde y cuándo marcamos nuestro queridísimo siempre. Y puede que parezca que ayer estabas abrazándome, y hoy jugando a las cartas en la cafetería. Puede que hayamos perdido la noción del tiempo, perdón, puede que yo la haya perdido, ahora que ya no somos dos. Pero también he de decirte que ha sido dificil acostumbrarme a no tenerte a mi lado día si y día también, pero lo he llegado a entender del todo. Si pasó, tenía que pasar, y para qué intentar arreglarlo cuando ni recordamos cuando empezamos a marcar historia? Yo lo veo innecesario, y como pude comprobar, tú también. Estábamos de acuerdo, puede que en la última cosa que lo estaríamos. Al principio, fue difícil verte deambular por los pasillos sin ningún rumbo, y sin mirarme; pero después empecé a no depende de tu mirada, y como ves, ahora no dependo ni del más mínimo aire que respiras. No me consideré fuerte para superarte, me negué muchas veces a seguir y muchas otras me caí. Pero como tú bien me dijiste, el amor es como el sol, está ahí pero si lo miras mucho tiempo te quemas los ojos. Y creo que fue ahí cuando me di cuenta de que no necesitaba tenerte cerca para volver a ser tan o más feliz que antes. Solo necesitaba darme cuenta, de que hay miles de historias que acaban y que hay miles de variantes para terminarlas. Y de que, el sol siempre está ahí, aunque las nubes nos lo eviten ver, y que con solo de haber existido, tú y yo juntos, con tan solo saber que todo lo que decías era cierto, ya me siento satisfecha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario